Sentada junto a ti en tu cama discutiendo sobre lo mismo.
Esperando de ti lo mismo de siempre.
Pidiéndote que cedieras por mi.
Que cambiaras por mi.
Que tu amor por mi fuera mas grande que el orgullo a ti mismo.
Que por una vez, al verme a los ojos, sintieras lo que yo siento cuando veo los tuyos.
Y supieras que ése era el momento para ceder.
Para luchar.
Te lo expliqué como tantas veces antes, te dije cual era exactamente el problema
Y como había que solucionarlo.
Mi alma dependía de tu actitud, de tu respuesta.
Te mire directamente tratando de anclar mi alma a la tuya,
Tratando de crear un puente invisible a través de una conexión.
Pero no encontré nada, estaba sola en mis propios sentimientos, mis propios deseos.
Me veía a mi misma con el mismo amor infinito, rogándote,
Y deseando con toda mi alma que volvieras a mi lado.
Pero tu respuesta fue la misma de siempre.
Me culpaste como si todo lo malo que nos había pasado fue gracias a mi,
me ignoraste, y me dejaste a un lado.
Me hiciste ver que no tenía importancia alguna sobre ti.
Que nunca la había tenido, no en la magnitud que yo deseaba y me ilusionaba que fuera.
Como esperaba que fuera el amor.
Al escuchar tus palabras, y sentir tu indiferencia, algo se rompió en mi.
Fue como si me hubieses aniquilado como nunca antes.
Sentí un agujero negro que me consumió por dentro.
Vacía.
Y sentí como se extendía por todo lo que sentía y me carcomía como termitas a un trozo de madera.
Era un dolor tan fuerte que gritaba,
no solía ser como antes, porque ya no podía sollozar,
no solía ser como antes, porque ya no podía sollozar,
No podía llorar.
Gritaba de dolor. Como si me hubiesen arrancado el alma a la fuerza.
Grité por ayuda mientras me rompía en dolor.
Y desperté creyendo que venía mi madre y me consolaba de mis pesadillas,
Le gritaba entre llantos que yo no era nada, que no era nada para él y lloraba aun con mas fuerza mientras ella me abrazaba.
Y entonces comencé a asfixiarme y no podía moverme ni respirar, era un dolor tan grande que se confundía entre gritos, sollozos y lagrimas.
Entonces desperté por la asfixia y me encontré sola.
Había sido una pesadilla. De las peores que nunca había tenido en toda mi vida.
Tan vivida, tan dolorosa que aún podía sentirme como si mi vida no importara en absoluto.
Sin remedio, sin razón de ser en el tiempo.
Me sentí hundida como hace años no recordaba que podía llegar a sentirme.
Seguía llorando sin control alguno, gritaba y sofocaba el ruido con la almohada porque no podía detenerme. No tenía fuerza, no encontraba nada para poder pararme.
Estaba histérica.
Lo único que podía sentir era lo insignificante que era.
Que no significaba nada, nada para él, y era como si me definiera, realmente no era nadie ni nada. Nada por lo que luchar, por lo que poder amar. Nadie ni nada para poder quedarse.
Que no significaba nada, nada para él, y era como si me definiera, realmente no era nadie ni nada. Nada por lo que luchar, por lo que poder amar. Nadie ni nada para poder quedarse.
Tenia menos valor que la vida misma, que una hormiga. Era menos que un muerto.
Yo estaba menos que muerta, no había ni llegado a existir de tan insignificante que era.
Podía sentir la mierda apilándose sobre mi misma y no podía dejar de llorar,
De sentir una herida punzante en el corazón, como si por dentro mi corazón estuviese hueco.
Y solo le quedaran paredes, porque lo demás se había carcomido.
Traté de dormirme y no podía, estaba aterrada de volver a soñar lo mismo.
Estaba como enloquecida, pero de dolor.
Tenía ganas de tomar todo lo que tenía a mi alcance que me recordara a él y botarlo,
Porque había sido un miserable conmigo, no me lo merecía en absoluto, nada de lo que me hizo sentir, ni como me trato, y lo aborrecía.
Lo aborrecía y esto ensuciaba todo lo bueno, todos los años.
Todo había sido una mentira que me había contado a mi misma.
Al final me dormí llorando de puro cansancio.
Pero con esta pesadilla comprendí que estuvo mal haber estirado tanto el elástico, no importa lo mucho que haya aprendido. Me expuse a mi misma a sufrir de esta forma, por alguien que no lo merecía, por una mentira en mi cabeza. Y no podría volver a exponerme nunca mas. Sentí lastima de mi misma. De mis ilusiones, de mis sueños, de mis buenos pensamientos. Porque no eran correspondidos en ningún grado. No hay excusas para justificar que te traten de esa forma. Menos alguien que predica que te ama, o te amo.
Y entonces supe que nunca había sido amor. Eso no era amor.
Pero tambien este sueño, me hizo retroceder mucho más atrás que solo dos pasos, retrocedí a años lejanos donde el dolor era fresco y nuevo. Como si no tuviese experiencia alguna. Y me dejo frágil, débil y asustadiza. Me cuesta respirar otra vez, y a veces siento que me desvaneceré como por arte de magia sobre el piso. De nuevo sin excusa alguna me encuentro llorando en lugares absurdos, en momentos absurdos. Las habitaciones me asfixian y en cualquier momento siento que alguien me tocara y me destrozare.
Tendré que volver a empezar de nuevo, a levantarme una vez mas, sin cansancio. Esperando mejorar otra vez, de a poco, con paciencia, hasta sentirme al fin bien.