"Haz un instante inolvidable digno de ser insoportable."

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jueves, 23 de junio de 2011

Descontrol.


Con cautela voy, para que con tu mirada no me llegue a tropezar;
cuando la verdad es que solo la anhelo encontrar;
Así como de tu risa, ansío oír más,
Y es en tus juegos, donde yo me quiero arriesgar,
apostar en tus aventuras y tu locura.
Oh sí, en aumento está delicia va.

Y aunque sólo consigo ocultarme de tu andar,
por dentro poseo un intenso deseo de tu cuerpo tocar.

Quisiera besarte cuantas veces pueda,
cuantas veces quieras.

Delirar a tu lado sin control,
quitarme este hondo vacío,
con tal desenfreno,
que ni mi nombre logre recordar.

Disfrutaría sin pensar,
sin hablar,
me bastaría solo tus ojos mirar,
tu boca besar,
tu cuerpo tocar.
Tu aliento sobre mi oído, escuchar.
Apasionarnos sin proyectar lo que podría pasar
Si a tu lado una noche más, me llegase a quedar.

Si nuestras almas libres deberían estar
entonces, solo una noche gozaría,
y no esperaría por una eternidad.
Porque es ahí donde nos sabemos descontrolar,
que tú y yo, el ambiente logramos incendiar.

Podríamos dejar el amor atrás,
para perdernos con vehemencia
en la oscuridad.

Y sobre tu cuerpo perderme para no regresar.
Mis pasos quiero olvidar
bajo tu mirada,
y tu forma de hablar.
Todo lo que con placer me has de provocar,
con aquello hazme estallar.

domingo, 19 de junio de 2011

Tortura.

Si así funciona esto,
¡Oh! sigue haciéndolo.
Que esta pausa entre nosotros
me tiene detenida en un abismo
sin respiración.

Mirarte de lejos,
fue el mejor sitio
que pude haber obtenido.
Me encuentro rodeada entre tus sonrisas y tu voz,
un sonido que logra hacer eco en mi corazón,
retumbando en cada lado,
Estremeciéndome de dolor.

Te siento entrando por mis sueños,
mi mente y mi ilusión.
Donde me florece una sonrisa, una esperanza.
Logrando que el corazón me lata deprisa.
El estomago me da vueltas.
Y solo tu nombre en mis labios logro pronunciar.

De ti solo conservo una memoria:
la de tu aliento recorriéndome el alma con su brisa,
tus manos aferradas a mi cintura,
tu mirada ilusionada,
y tus palabras asustadas por volverlo a intentar.

Diría que hasta me volvías a amar.
A desear, a soñar.
Y yo me entregaba bajo tus alas,
con mis ganas de amar.
De volver a tu lado estar.

Entonces, despierto en mi cama.
Y estoy sola,
la ilusión se quiebra,
y tan solo me quedan agujas,
agujas que se entierran con facilidad,
agujas que solo quieren matar.

Palabras que no quieren sanar,
entusiasmo que no quiero lograr,
sueños que no quiero alcanzar.
Futuro que no quiero fabricar.

Un vacío se apodera de mí en la soledad,
un tedio que me consume otro día más,
tiempo que no me importa desperdiciar.

Me consumo en la soledad,
y nada parece cambiar,
pasos que no quiero caminar.
Recuerdos que nada consiguen provocar.
Dolor ajeno que no me alcanzan a importar,
soluciones que no pienso tomar.
Solo mi vida quiero exterminar.

Aun así seguir aquí, me hace esperar.
Que algo venga, salga, y me logre despertar
de la pesadilla que yo misma no quiero cambiar.

miércoles, 15 de junio de 2011

Desconocida.


Tomaré el primer abismo con el que me encuentre,
Si este logra llevarme tan lejos para separarme de tu ser,
Que provoque un retorno imposible,
Para no voltear por ti, ni en ilusiones.
Ganare tu hiel, tu desdén,
¡Qué fácil va a ser!

En una extraña me convertiré.
Me perderé para no volver.
Con este pasaje sin canje,
Me despediré.

En este abismo me lanzare sin timidez,
Créeme lo haré.
En aquel exilio por siempre estaré.
Seré lo que jamás puedas ver,
Ni pertenecer; todo lo que ni yo hallar, podré.

Una perfecta extraña, me tornare.
Que ni mi reflejo podrá entrever,
y de mi sombra y mi mente,
A su peor enemiga sentirá florecer.
Sin un antes, un hoy, ni un después.
Nadie lograra saber,
Quién realmente es.
Ni qué quiere ser.

En aquel abismo me perderé,
Lo quebrantable dejare,
La profundidad abandonare.

Mientras pueda correr,
A nadie realmente conoceré,
Porque nada querré.
Lo que este envenenado probare.
Para que me aleje de tu haber.
Mi juicio nublare,
Y a los otros enloqueceré.
Mentiras contare.
Nadie nunca realmente me podrá volver a reconocer.

miércoles, 8 de junio de 2011

Darte el pase.


Solo es miedo.
Miedo a optar un riesgo.

Donde tendría que confesar
que me intimido
con todo su mundo:

Lo que ha recorrido,

y todas las mujeres que han tocado su corazón.

La piel que ha rozado y experimentado con ardor,
las miradas que ha usado,

o hasta las mismas palabras del pasado.


Me acobarda la posibilidad de ser dejada,

de sentirme insuficiente una vez más.

No poseo el valor para soportarlas.
Ni el poder para involucrar mi fragilidad,

que podría alejarlo con su intensidad;
la de mis sueños, y el cómo veo la vida.

Tendría que confesarle

que el recuerdo de alguien que se fue,

aun lo tenía presente.

Porque lo seguía amando, y me esperancé

con la idea de un futuro al lado de él,

uno que no volvería a tener.

Aun me dolía todo sobre él.


Mientras que estar en su paraje,

solo abundaba la risa, palabras, besos, y contemplaciones.

Eran la medicina perfecta para desmemoriarse.


Quisiera volver a él, y decirle lo mucho que lo quiero,
Lo que me importa, y como me hacía respirar de nuevo,

dentro del gran vacío que me siguió.


Lo extraño.


Y si lo herí de alguna forma,
jamás fue con malicia alguna.
No soy perfecta, y puedo errar

cuando menos creo que lo puedo lograr.


Deseo que cuando lo mire,

encuentre en su mirada lo que tuvimos lindantes.