No importa cuantas veces me repita que era lo mejor.
No lo fue.
No lo es.
No sé cómo podría serlo.
No encuentro razones que me ayuden a soportar el dolor que fue dejarte partir.
No sólo eso, sino que te lleve en mis brazos, para llevarte lejos de mí.
¿Cómo puede esto encontrar paz en mí?
No la hay.
No la quiero tampoco.
No la merezco.
No importa cuantas veces repita en mi cabeza las veces que te tuve a mi lado,
Que reí, y te conté mis historias, mis penas y los secretos que nunca a nadie conté.
Los recuerdos no pueden aliviarme el sufrimiento de haber visto tu cuerpo yacer muerto bajo mis manos,
De haber sentido a tu corazón sobre la palma de mi mano dar sus últimos y fugaces latidos,
De haber escuchado tus últimos respiros donde luchabas por vivir,
por no dejarnos.
Tu vida se deslizo por mis dedos y yo no supe hacer nada.
Era demasiado tarde.
La luz de tus ojos haba abandonado por completo tu cuerpo,
La luz de tus ojos haba abandonado por completo tu cuerpo,
Y una parte de mi, había muerto contigo,
Y se había llevado lo mas hermoso que había logrado ver por tantos años.
Y que no supe jamás apreciar más que cuando te perdí, y ya no había nada que te pudiera regresar a mi lado.
Había estado a dos centímetros de apartar esas agujas de ti y huir,
Lejos, no sé bien donde, solo tu y yo.
No sé con que fin, pero estarías aquí junto a mi.
Y eso habría sido lo único importante. Lo único que necesitaría para ser feliz.
¿Fuiste feliz horas y días antes?
A veces me lo pregunto, puesto que todo el mundo decía que sufrías,
Pero yo no te veía así,
Estabas como deberías estar a tu edad, he incluso mucho mejor,
Le habías ganado a la enfermedad más cruel el año pasado,
Y te veía levantarte cada día.
¿Eran esas tus ganas de vivir?
¿O solo tu instinto de sobrevivencia natural?
¿Extrañabas el no poder vernos, ni escucharnos?
Porque yo no he envejecido ni un par de días luego de que te fuiste,
Y extraño con toda mi alma no verte, y no escucharte.
Tenías tantas ganas de estar junto a nosotros,
Que luchabas cada día contra las puertas cerradas, murallas y cortinas,
para poder encontrarnos.
¿Estabas triste?
Porque yo ahora no puedo dejar de sentirme triste por tu ausencia.
Por no poder sentirte junto a mi.
No poder tocarte.
¿Cómo puedo dejar de culparme por no haber luchado mas fuerte por tu vida?
Por la decisión a la que forzada tuve que aceptar sin peros,
Cuando dentro de mi habían todos los peros habidos y por haber.
¿Estoy acaso, siendo egoísta por sentirme así?
Me repito una vez y otra vez que pude haber hecho más,
Haber tenido más palabras, más razones para convencer a los demás.
Más fuerza para apartarte de quienes decían que era lo mejor.
Más fuerza para darnos la oportunidad de volverlo a intentar,
Volver a intentar tenerte junto a nosotros en cualquier condición
Sólo para tenerte un día más, más horas o minutos, pero mucho más.
Luchar tan fuerte, como a ti te veía luchar todos los días.
Perdóname.
Por ser tan débil. Por haberme dejado convencer y rendirme.
Cuando pude haber hecho más.
Pudimos haber sido menos egoísta y limitados,
y haber hecho lo imposible para que todos estuviéramos felices junto a ti.
Como sé que hubieses querido.
Para variar, creo que desde siempre supe que nunca te merecimos.
Eres el amor mas puro que he llegado a ver, sentir y conocer.
Nunca te llegamos ni a los talones,
Ni siquiera en el final de tu vida.
Yo lo siento. Siento por no haber podido hacer más.
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