No esperaba que estuvieses aquí.
que salieras de mis sueños, de mis fantasías.
de mis deseos,
y te presentaras frente a mi.
Pero que agradable es el que estés aquí.
que seas tan pacifico como el sonido de las hojas,
y tan veloz como un torbellino.
Donde nunca puedo ir lento para guardar con detalle los momentos,
y arrasas conmigo sin darme un respiro.
Pero entonces te detienes, y no puedo creer que hayas vuelto.
Que puedo ver el exquisito rostro que me tuvo días en desvelo.
Que se colaba por mis deseos más oscuros.
Que me cubriste por entera y no era una ilusión,
que te bese de nuevo hasta dejarme sin respiración.
Que pude cumplir con todo lo que soñé contigo.
Que aunque nunca fue un sin fin,
era un comienzo.
El inicio de empezar de nuevo,
de darme la libertad al fin de decidir lo que yo quiero.
Que pude dejarme llevar sin miedos,
y me expresé tal cual se presento el momento.
Que pude disfrutarlo,
sin arrepentirme por lo ya hecho.
¡Que exquisito fue lo que tuvimos lejos de los sueños!
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