Por las noches me doy cuenta la vuelta que dio mi vida ahora que él no está.
Y me siento tan ajena a todo lo que me rodea. Porque no pertenezco a nada mas que a mi misma.
Y estoy parada sobre el suelo preguntándome cómo al día siguiente simplemente ya no éramos el uno para el otro.
Cómo fue que mire hacia adelante y ya no estaba para mí.
Y no quedaba nada entre nosotros. Nada que planear.
Y siento un vacío que nada logra llenar.
Admiro la fortaleza que él usa para dejarme atrás,
Tan diferente a mi que sigo aquí preguntándome por qué ya juntos no podemos estar .
Y tengo que mentirme para imponerme un “no somos uno.”
No nos pertenecemos.
Día a día, debo creer algo que antes ni pensaba o imaginaba.
Y debo obligarme a sentirlo para seguir.
¿Por qué?
¿Por qué la vida sigue, mientras el amor me destruye?
Y así de la misma nada, entras en la vida de las personas para que después se alejen.
Para que se marchen como si nunca hubiese sido parte de ti.
Después de que creíste, que amaste ser parte de su vida.
A la mañana siguiente simplemente ya no lo eres. Y debes afirmar que no lo serás jamás.
Y es un hecho, una verdad que antes no existía. Pero ahora que se marcho debes creer.
Pero, ¿Cuál es realmente la verdad?
¿La que sentías antes de que se marchara o la que ahora te debes forzar en creer?
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son distintas, creo yo
ResponderEliminarno tiene por qué imponerse una sobre otra