Fue todo tan vivido,
que podría jurar que sentí el calor de tu cuerpo bajo la palma de mis manos.
que mi memoria recordaba a la perfección cada trazo de tu espalda,
que mis manos se movían frenéticas sobre todo tu cuerpo.
Podía sentir toda esa atracción innegable como la primera vez.
Donde no había como saciar esta conexión, si no te cubría por entero.
Si no te sentía a cada segundo como mi lugar favorito
en el que quería por siempre estar.
Fue tan placentero encontrarte,
que llego a ser doloroso despertar bajo tus recuerdos.
En donde ya no somos lo que éramos.
Ni nunca volveremos a serlo.
Ese amor permanece eterno en aquel tiempo,
en un espacio en mi corazón.
En las huellas que carga mi alma.
Y lo inolvidable que eres en mis sueños.
Fue tan real que podría jurar que en una dimensión alterna
nuestras conciencias se conectaron para estar juntos.
Y es iluso de mi parte seguir con cuentos,
pero es como el consuelo de seguir creyendo
que en algún rincón de tu corazón, me recuerdas.
Y que extrañas nuestros mejores momentos
que manchados de tanto veneno, igual existieron.
Pero fue sólo un sueño.
Un innegable recordatorio de lo que fuimos.
Y aunque fue un juego macabro de mi mente.
Fue un gusto volver a sostenerte justo como la primera vez.
lunes, 25 de julio de 2016
martes, 12 de julio de 2016
No te dejare partir.
Esta vez no dudaré más.
No vacilaré ante lo que más quiero.
No importa si son deseos absurdos, incrédulos o ingenuos.
No perderé ante lo que sueño.
Y no me importa esperar lo que tenga que esperar.
Que la vida se me pase en un centenar de eternos días.
Pero no me rendiré.
No importa como sea.
No importa todo lo que derrumbe a su paso,
o cuantas veces tenga que levantarme de tantas dudas, y miedos.
Ya no me lamentaré por lo vivido, y lo que aún no ha llegado.
Porque juro por Dios, por mi misma.
Que cuando te vea y te sienta por cada centímetro de mi,
como si fueses la mismísima extensión de mi alma.
No te dejaré partir.
Y aún, y si vuelvo a cometer los mismos errores,
o incluso si se interpone el mundo,
si te siento por cada recóndito lugar de mi existencia,
como si fueses la perfecta combinación de mis latidos,
de sentirte en cada respiración llenándome por dentro.
No te dejaré partir.
Por lo que no sucumbiré al ridículo,
y a la soledad.
Porque estoy segura que estás en algún lugar del mundo.
Listo para estar conmigo.
Y no importa si el resto del mundo cree que es absurdo.
Yo estoy segura que sea donde sea que estés.
Cuando nos encontremos será el inevitable choque de nuestros destinos.
Que te amaré y me amarás como si fuésemos la perfecta mitad del uno y del otro.
Que nos complementaremos de forma armónica y absoluta.
Que hallare las respuestas de tus labios y tu encontraras las preguntas en mi cuerpo.
Que nuestras almas serán el eco de la otra.
Y aunque demos tumbos por el camino,
encontraré en tus manos la fuerza para seguir juntos.
Que en la punta de mis dedos encontrarás el valor para entender quienes somos.
Que no hay vida más bella que la creada con nuestro aliento,
Que no hubo gratitud más preciada que habernos juntado.
Que mi vida no tiene sentido si no es contigo.
Pero, que no signifique que moriré sin ti,
o que el vacío que nos dejemos en nuestras vidas será implacable.
Pero que reconozcamos que la vida es más feliz cuando estás junto a mi.
Que no hay mujer, ni hombre sobre la tierra que ame tanto como cuánto nosotros lo hicimos.
Que la vida no se acabe por nuestra separación,
pero que termine moviendo montañas aún distanciadas.
Que transforme todo a su paso,
y sigámonos queriéndonos en el recóndito lugar de nuestras memorias,
o en el sepulcro en el que yaceremos, esperando a volver estar juntos.
No vacilaré ante lo que más quiero.
No importa si son deseos absurdos, incrédulos o ingenuos.
No perderé ante lo que sueño.
Y no me importa esperar lo que tenga que esperar.
Que la vida se me pase en un centenar de eternos días.
Pero no me rendiré.
No importa como sea.
No importa todo lo que derrumbe a su paso,
o cuantas veces tenga que levantarme de tantas dudas, y miedos.
Ya no me lamentaré por lo vivido, y lo que aún no ha llegado.
Porque juro por Dios, por mi misma.
Que cuando te vea y te sienta por cada centímetro de mi,
como si fueses la mismísima extensión de mi alma.
No te dejaré partir.
Y aún, y si vuelvo a cometer los mismos errores,
o incluso si se interpone el mundo,
si te siento por cada recóndito lugar de mi existencia,
como si fueses la perfecta combinación de mis latidos,
de sentirte en cada respiración llenándome por dentro.
No te dejaré partir.
Por lo que no sucumbiré al ridículo,
y a la soledad.
Porque estoy segura que estás en algún lugar del mundo.
Listo para estar conmigo.
Y no importa si el resto del mundo cree que es absurdo.
Yo estoy segura que sea donde sea que estés.
Cuando nos encontremos será el inevitable choque de nuestros destinos.
Que te amaré y me amarás como si fuésemos la perfecta mitad del uno y del otro.
Que nos complementaremos de forma armónica y absoluta.
Que hallare las respuestas de tus labios y tu encontraras las preguntas en mi cuerpo.
Que nuestras almas serán el eco de la otra.
Y aunque demos tumbos por el camino,
encontraré en tus manos la fuerza para seguir juntos.
Que en la punta de mis dedos encontrarás el valor para entender quienes somos.
Que no hay vida más bella que la creada con nuestro aliento,
Que no hubo gratitud más preciada que habernos juntado.
Que mi vida no tiene sentido si no es contigo.
Pero, que no signifique que moriré sin ti,
o que el vacío que nos dejemos en nuestras vidas será implacable.
Pero que reconozcamos que la vida es más feliz cuando estás junto a mi.
Que no hay mujer, ni hombre sobre la tierra que ame tanto como cuánto nosotros lo hicimos.
Que la vida no se acabe por nuestra separación,
pero que termine moviendo montañas aún distanciadas.
Que transforme todo a su paso,
y sigámonos queriéndonos en el recóndito lugar de nuestras memorias,
o en el sepulcro en el que yaceremos, esperando a volver estar juntos.
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