Cuando fallamos de maneras pequeñas
como grandes también.
Nos suele convertir en una gran obra,
que termina sin poseer interés.
Donde nadie se voltea para contemplar
lo único que es.
Porque no cambiará su existencia
Sin importar de qué ángulo se logre ver.
Es una historia que fue escrita
para ser contada una sola vez.
Y así de simple, autentica consigue ser,
sujeta solo a un tiempo
que no volverá a suceder.
Tras las estaciones,
Por fin podemos imaginar otros caminos que pudo tener,
Hemos cambiado,
Y ya estamos ansiando más de lo que poseímos
Alguna vez.
Somos extraños,
Que nuestros nombres no sabemos pronunciar,
Ni nuestros rostros conocer.
Los viejos momentos huyeron de nuestra mente,
Y las caricias ya no se alcanzan a sentir sobre la piel,
El corazón ya no goza del palpar de nuestro vaivén.
Hemos dejado nuestra parada del camino,
Para seguir con nuestro destino.
Cada día estamos más lejos,
Que por cada hora se siente un bien.
Todo está indicando que así debió ser.
Hoy, sólo somos la imagen
de un lugar que quisiéramos volver a tener.
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