Coraje al soñar.

Por miedo a fallar;
a la vergüenza y al orgullo faltar,
a nuestros sueños dejamos de apostar,
y las ilusiones se convierten en falsedad,
la realidad nos azota con crueldad,
donde el vacío comienza a darle paso a la oscuridad,
dejamos que el desinterés nos comience a guiar,
y la perdición parece el mejor lugar en el que terminar.

Por venganza,
y la herida de indiferencia,
las palabras ya no acudirán
para que los labios logren hablar
lo que el corazón con ansias desea gritar.

Ya que todo acaba,
por qué pensar que algo no lo hará?
Mejor comenzar por vivir lo que queda del día,
sin planear lo que a ningún lugar nos llevara.

El futuro nunca será igual a todo lo que en un papel lograste dibujar,
ni a las letras de un sueño que pudiste juntar
para el perfecto plan que quieres lograr.

Pero por qué no, intentar?
Comenzar a imaginar lo que quizás,
podrías alcanzar?

Por qué no, dar el paso que lo conseguirá?
Y así dejar atrás, el alma amarga.

Alguna diferencia hará al final,
pero para ello algún camino debes tomar,
y no quedarte sentado a esperar
que la vida te dé, lo que se puede ir a buscar.
Quedarte quieto solo hará que el polvo cubra tu alma,
dejándola grisácea, sin vitalidad.
Como si fuese un mueble más.

Porque puedes situarte sobre la realidad,
si continúo es tu caminar,
no estático ni dejarse estar,
que desprecio a tu vida le darás,
que será como un libro al final
del que protagonista tú serás.
No lo conviertas en una fatalidad,
en una tragedia,
donde tu destino escrito está.

Eso ni llega a ser real.

La fe esta en tu voluntad,
convirtiéndola en verdad,
valorando su coraje de continuar,

que será el que te llevara donde quieras estar,
sin importar la adversidad,

o lo que termines por averiguar,
tu esencia jamás se apagará.