Recuerdo aquel momento en el que creía que estaba muriendo,
y te escuchaba desesperado, pidiéndome que volviera a la vida,
te escuchaba llorar a lo lejos, sacudiéndome, acariciando mi rostro,
con todo el amor que te inspiraba.
Pero yo estaba muy lejos, porque a pesar de todo tu amor, de tu desesperación.
Fui lo suficiente egoísta para pensar que quería morir.
En ese entonces, no supe entender el por qué, por qué quería morir si te tenía,
si me amabas, si rogabas por mi.
Y ahora comprendo que era,
me estaba matando la noción que tuve ese día,
de que jamás podría ser buena para ti, nunca sería lo suficiente buena para ti,
nunca sería la mejor mujer del mundo para ti.
Y me mataba porque quería ser todo, todo para ti.
No un fragmento, no un amor, todo.
Y comprendí aquella noche que no podría serlo.
Por lo que me estaba matando.
Creo que aún lo esta haciendo, aunque estés lejos, aunque haya huido de lo nuestro, de ti.
lo haya dejado.
sigue matándome la idea, de que no pude ser más. De que no era para ti.
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