Quisiera poder darle un sentido a todo lo que siento
para que corra con una razón bajo el brazo.
Y se encuentre con el destino señalado.
Pero las cosas, la vida, y las personas
no son transparentes como el cristal,
o como el agua de un manantial.
Están escondidas y hay que quedarse a descubrirlas,
vivirlas, disfrutarlas o sufrirlas.
Ojalá pudiese saltarme la parte en que se vuelve confuso
y doloroso.
Pero así no es como funciona el palpitar de un corazón,
ni como las flores crecen sobre el jardín.
El misterio son paredes de un laberinto con el que siempre nos toparemos,
de una forma u otra.
Y es el miedo a ellas, lo que nos aprisiona.
Enferma, y corta los ánimos del alma para seguir adelante.
Y no quiero caer rendida sin salida,
sin importar lo cuerdo que el mundo intenta ser,
nadaré contra corriente, porque así es como lo entiendo.
Imperfecta, sin dirección, sin juicio.
Solo un azar, preparado para que las cosas surjan, tal cual.
Por lo que no explicaré mis sentimientos por ti
ni todo lo que hemos luchado por mantener a raya esta gravedad
que nos empuja como imanes.
Que nos hace delirar sin comprensión,
sin rumbo,
y nos hipnotiza bajo sus efectos,
dejándonos al hado de su antojo.
No voy a pensar en lo bueno ni en lo malo,
porque nada es tan nocivo como el vacío que me deja no tenerte,
no verte, no abrazarte, no escucharte, no saber de ti,
no estar en tu mismo satélite.
Es como morir en vida.
Y no quiero seguir intentando matarme, luchando contra esta voluntad
contra esta necesidad de ti.
Porque no tengo fuerzas para pelear contra ti.
Quiero amansarme, y fluir bajo tu propio cielo.
Estando en contra de mi propio juicio, pero feliz y en calma.
Porque sin ti mi alma se vuelve perturbada y sin sentido.
Por lo que no importa el parámetro,
el límite.
Solo me vale estar a tu lado para poder respirar
y lograr seguir viviendo.
miércoles, 23 de octubre de 2013
martes, 15 de octubre de 2013
Arrojada al azar.
Siento como la energía es absorbida,
extraída de mi cuerpo y mi alma
Las cosas comienzan a carecer de interés
y mi propia vida solo se mantiene sin razón
No llega a la desesperación si quiera,
esta muerto sin vida.
La desesperanza yace sobre mi espalda
y no queda nada más que hacer.
Solo caminar, arrastrar los pies para esperar.
Esperar a ser consumida.
Puede que haya sido bajo mi propia decisión
el estar aquí, así.
Puede que haya sido la mejor decisión,
pero entonces por qué no se siente bien?
Por qué me deja abandonada al azar?
Sin realmente nada que desear.
Nada que esperar.
Nada que querer.
Nada que necesitar.
Nada.
Porque lo mismo no se puede volver a obtener.
Y no hay nada que quiera más,
que volver atrás y callarme.
No pronunciar esas palabras que no eran verdad.
Que me dejaron aquí varada sobre mi propia voluntad.
Una voluntad que se va a terminar por torturar,
embarcándose sobre el único destino que la va a destrozar,
porque el infortunio se cernió sobre unas olas que,
nada le otorgaran.
Dejaran que vague perdida en la oscuridad.
Porque quién se ha rebelado, lo destruido obtendrá.
Porque no puedes jugar a ser querida,
si no eres capaz de querer a quien te quiere.
No puedes jugar a poseer la ultima palabra,
cuando la ultima palabra te va a condenar.
extraída de mi cuerpo y mi alma
Las cosas comienzan a carecer de interés
y mi propia vida solo se mantiene sin razón
No llega a la desesperación si quiera,
esta muerto sin vida.
La desesperanza yace sobre mi espalda
y no queda nada más que hacer.
Solo caminar, arrastrar los pies para esperar.
Esperar a ser consumida.
Puede que haya sido bajo mi propia decisión
el estar aquí, así.
Puede que haya sido la mejor decisión,
pero entonces por qué no se siente bien?
Por qué me deja abandonada al azar?
Sin realmente nada que desear.
Nada que esperar.
Nada que querer.
Nada que necesitar.
Nada.
Porque lo mismo no se puede volver a obtener.
Y no hay nada que quiera más,
que volver atrás y callarme.
No pronunciar esas palabras que no eran verdad.
Que me dejaron aquí varada sobre mi propia voluntad.
Una voluntad que se va a terminar por torturar,
embarcándose sobre el único destino que la va a destrozar,
porque el infortunio se cernió sobre unas olas que,
nada le otorgaran.
Dejaran que vague perdida en la oscuridad.
Porque quién se ha rebelado, lo destruido obtendrá.
Porque no puedes jugar a ser querida,
si no eres capaz de querer a quien te quiere.
No puedes jugar a poseer la ultima palabra,
cuando la ultima palabra te va a condenar.
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oscuridad,
tortura
Fuego.
El que con fuego juega,
tarde o temprano se quema...
Pero, ¿qué otra opción me queda?
Huir, darle la espalda
o quedarme y disfrutar.
Porque ésta, la ultima estocada será.
Sé que me espera tanto dulce como amarga,
pero me plago bajo suplicas
porque quiero volver a respirar,
y así conseguir vivir sin necesidad,
y no poseer aquel viejo vacío espiritual.
Y aunque sé que cura, también daña.
¡Es toda una infamia!
Pero aquí estoy, ávida de su complicidad.
De cada pared que toca,
de cada pensamiento que derrumba
para transformarme a su semejanza.
Estoy corriendo el riesgo de convertirme en cenizas,
en donde sin retorno los pasajes van,
porque nada a lo que aferrarme existirá.
Pero seguiré jugando aunque pierda,
estas son las migajas que mi piel anhela,
que me corroen bajo la memoria,
que a mi cabeza estimula y estremece sin piedad alguna.
Necesidad.
El fuego deja estelas de crueldad,
pero no posee noción alguna de su afán
que me amansa, me aterra
y sucumbo ante su majestad.
Me dejo torturar,
para que a mi cabeza termine por decapitar,
y a mis sentimientos, asfixiar.
Esta vez escojo dejarme abrasar,
como a una pequeña sin tenacidad.
Aplastada y arrollada bajo su refrán
que me destroza al pasar,
y que sin conciencia me va a legar.
A merced de sus palabras, y su sexualidad
de la sonrisa misericordiosa que me va asesinar,
de la ternura que me hace temblar,
del néctar dulce, tortuoso de su mirar,
de su labia que juzgan sin piedad,
a mí me van a esclavizar, atándome a su voluntad.
De su fuerza sobre mi alma, mi mente y entidad.
Me dejaré incendiar.
Perderme, para obtener un poco de felicidad.
tarde o temprano se quema...
Pero, ¿qué otra opción me queda?
Huir, darle la espalda
o quedarme y disfrutar.
Porque ésta, la ultima estocada será.
Sé que me espera tanto dulce como amarga,
pero me plago bajo suplicas
porque quiero volver a respirar,
y así conseguir vivir sin necesidad,
y no poseer aquel viejo vacío espiritual.
Y aunque sé que cura, también daña.
¡Es toda una infamia!
Pero aquí estoy, ávida de su complicidad.
De cada pared que toca,
de cada pensamiento que derrumba
para transformarme a su semejanza.
Estoy corriendo el riesgo de convertirme en cenizas,
en donde sin retorno los pasajes van,
porque nada a lo que aferrarme existirá.
Pero seguiré jugando aunque pierda,
estas son las migajas que mi piel anhela,
que me corroen bajo la memoria,
que a mi cabeza estimula y estremece sin piedad alguna.
Necesidad.
El fuego deja estelas de crueldad,
pero no posee noción alguna de su afán
que me amansa, me aterra
y sucumbo ante su majestad.
Me dejo torturar,
para que a mi cabeza termine por decapitar,
y a mis sentimientos, asfixiar.
Esta vez escojo dejarme abrasar,
como a una pequeña sin tenacidad.
Aplastada y arrollada bajo su refrán
que me destroza al pasar,
y que sin conciencia me va a legar.
A merced de sus palabras, y su sexualidad
de la sonrisa misericordiosa que me va asesinar,
de la ternura que me hace temblar,
del néctar dulce, tortuoso de su mirar,
de su labia que juzgan sin piedad,
a mí me van a esclavizar, atándome a su voluntad.
De su fuerza sobre mi alma, mi mente y entidad.
Me dejaré incendiar.
Perderme, para obtener un poco de felicidad.
domingo, 6 de octubre de 2013
Adiós, con cariño.
Guardo los recuerdos sobre papel,
los ordeno uno por uno,
y en una botella los envío.
Los dejo a la deriva de este largo camino,
donde no sé su real destino.
Los despido, porque otra opción no he tenido.
Así es como el hoy, lo ha querido.
Pero es tanta la felicidad que con ellos he obtenido,
que no puedo estar más que agradecida
de lo que me ha obsequiado con cariño.
Tantas risas sobre el viento, aún escucho.
Tantas miradas veo sobre cada reflejo,
y el amor más grande que he sentido.
Aún ni de vista los pierdo,
y ya los añoro.
Son los recuerdos más atesorados por mi corazón.
Los que guardaré hasta mi ultimo respiro.
Y en cada centímetro que he recorrido,
sabré que estoy sobre el camino,
gracias a lo que me ha construido.
Son estos recuerdos, tan míos,
que dejo partir, sin olvido.
Sino con el adiós más puro,
porque muy feliz he sido.
Pero forzarlos no he querido,
por lo que los guardo, y los envío
a su destino.
Y un beso les deposito,
para que la ternura los siga encontrando.
Como a mí me encontró.
Agito mi mano y un suave adiós digo.
¡Oh, como te he querido!
los ordeno uno por uno,
y en una botella los envío.
Los dejo a la deriva de este largo camino,
donde no sé su real destino.
Los despido, porque otra opción no he tenido.
Así es como el hoy, lo ha querido.
Pero es tanta la felicidad que con ellos he obtenido,
que no puedo estar más que agradecida
de lo que me ha obsequiado con cariño.
Tantas risas sobre el viento, aún escucho.
Tantas miradas veo sobre cada reflejo,
y el amor más grande que he sentido.
Aún ni de vista los pierdo,
y ya los añoro.
Son los recuerdos más atesorados por mi corazón.
Los que guardaré hasta mi ultimo respiro.
Y en cada centímetro que he recorrido,
sabré que estoy sobre el camino,
gracias a lo que me ha construido.
Son estos recuerdos, tan míos,
que dejo partir, sin olvido.
Sino con el adiós más puro,
porque muy feliz he sido.
Pero forzarlos no he querido,
por lo que los guardo, y los envío
a su destino.
Y un beso les deposito,
para que la ternura los siga encontrando.
Como a mí me encontró.
Agito mi mano y un suave adiós digo.
¡Oh, como te he querido!
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