Que por poca osadía no decido,
y por mucho amor, te escojo.
Que por poco amor me engaño,
y por mucho miedo me escondo.
Que por poca honestidad te miento,
y por mucho cansancio a esto ya no juego.
Que por poco me confundo,
y por mucha esperanza, a nosotros nos prefiero.
Que por poca confianza me niego,
y por mucha estupidez, no creo en mis pensamientos.
Que por poco te sigo el juego,
y por mucha admiración, me ciego.
Ya no sé en que laberinto me estoy metiendo,
pero la salida no encuentro,
y no importa si por mucho o por poco,
se que a ti te amo,
y estar contigo es lo que más deseo.
Pero en estas paredes ya no quepo,
y escapar se ha vuelto dificultoso.
Los recuerdos ya no me ayudan a seguirlos,
y la admiración se ha desvanecido.
Ahora, junto a mi te veo.
El cielo se ha encogido,
y el suelo está colmado.
Lo único que está claro, es que aquí la misma ya no sigo siendo,
mis pensamientos ya no quieren seguir ocultos,
la verdad de mi ser, me está obligando.
Obligando a quererme, a escogerme a mí primero.
La admiración queda en adoración, y cariño.
El amor permanece de lleno en mi corazón,
pero mi mente ya no quiere seguir en un lugar recóndito escondido,
esta luchando contra todo lo que más quiero,
me esta quitando lo que más admiro,
se esta dando paso para destruir todo lo que he construido.
Cimentado con los mejores momentos que provoca un respiro,
con las mejores sonrisas que tiene una foto,
y con el amor que siempre he soñado,
con las perdidas que nunca he querido,
pero con los frutos que se han esperado.
Y a pedazos se esta destruyendo;
ya no golpea como un tormento,
ya no me da vueltas, magnífico.
Es honesto, sincero, magnánimo, transparente... y es humano.
Enternece, se quiere, se adora, se ama, pero no es un agobio.
No agobia al alma, no la aprisiona, indispensable. Es puro.
Es tal cual es. Sin ser vigoroso.
La burbuja se rompió,
y el camino de vuelta a ella, no encuentro,
para poder pensar, actuar, y ser el mismo.
No le nace, no retorna, algo se ha roto.
Y estremece, porque es distinto.
Y al serlo, el destino ahora será otro.
Otro, que ya no es tan seguro.
Me aterra, me aterran los cambios.
No los quiero, pero frenarlo no logro.
Y me angustio, porque nos quiero.
Y no me apetece que seamos perturbados.
miércoles, 25 de septiembre de 2013
La burbuja se rompió.
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