El tiempo ha impuesto su agonía.
Y con el transcurrir de las horas,
se ha vuelto como el mar,
con oleadas fuertes o en calma.
Creo que las he remontado.
Al fin.
Pero me golpean
y sin sentido alguno.
Me lanzan, dejando el timón a la deriva,
Girando sin control, sobre ninguna dirección.
El agua en mis pulmones se apodera de mi razón,
la neblina sobre mis ojos me quita la visión.
¡Ah! Me ahogo en la desesperación.
Y cuando consigo nadar sobre la tempestad,
vuelvo a hundirme impotente.
Lucho entre las lágrimas y la necesidad.
Pero nada logra arrancar la brutalidad de mi piel,
las algas sobre mis brazos,
y la sal de mis labios.
De sed me estoy consumiendo,
y aunque salir a flote no consigo, no me rindo.
Insisto, porque en ti pienso.
Siento en como te extraño,
y el poder que ejerces sobre nosotros.
Más no.
Más no sobre el mar, ni sobre las olas,
y menos por esta sed incontrolable.
Los recuerdos se desvanecen ante la neblina,
y mi voluntad ya no logro gobernar, ni manejar como solía.
Estoy a su merced,
y por más que intente buscar el timón a la deriva,
el sujetarlo mágicamente no me devolverá
todo lo que he perdido en el camino en su búsqueda.
Lo que recuperar no consigo.
Por más que quiero,
me consume y me angustia.
Y me hundo.
Esta vez, me rindo.
No logro vislumbrar el espíritu que se ha apoderado de mi en este mar,
no consigo arrancarlo.
He caído lentamente sobre él.
Mientras desciendo, no poseo miedo,
sino un enorme vacío que me carcome.
Un vacío sin sentido, como todo últimamente.
Pero reconozco la oscuridad cuando se acerca.
Estoy naufragando.
No sé si logre volver esta vez.
Me he perdido.
Ni tu, ni yo, ni nadie podrá sacarme de aquí.
Espero. Espero.
Nada.
Todo.
Oscuridad.
jueves, 26 de septiembre de 2013
miércoles, 25 de septiembre de 2013
La burbuja se rompió.
Que por poca osadía no decido,
y por mucho amor, te escojo.
Que por poco amor me engaño,
y por mucho miedo me escondo.
Que por poca honestidad te miento,
y por mucho cansancio a esto ya no juego.
Que por poco me confundo,
y por mucha esperanza, a nosotros nos prefiero.
Que por poca confianza me niego,
y por mucha estupidez, no creo en mis pensamientos.
Que por poco te sigo el juego,
y por mucha admiración, me ciego.
Ya no sé en que laberinto me estoy metiendo,
pero la salida no encuentro,
y no importa si por mucho o por poco,
se que a ti te amo,
y estar contigo es lo que más deseo.
Pero en estas paredes ya no quepo,
y escapar se ha vuelto dificultoso.
Los recuerdos ya no me ayudan a seguirlos,
y la admiración se ha desvanecido.
Ahora, junto a mi te veo.
El cielo se ha encogido,
y el suelo está colmado.
Lo único que está claro, es que aquí la misma ya no sigo siendo,
mis pensamientos ya no quieren seguir ocultos,
la verdad de mi ser, me está obligando.
Obligando a quererme, a escogerme a mí primero.
La admiración queda en adoración, y cariño.
El amor permanece de lleno en mi corazón,
pero mi mente ya no quiere seguir en un lugar recóndito escondido,
esta luchando contra todo lo que más quiero,
me esta quitando lo que más admiro,
se esta dando paso para destruir todo lo que he construido.
Cimentado con los mejores momentos que provoca un respiro,
con las mejores sonrisas que tiene una foto,
y con el amor que siempre he soñado,
con las perdidas que nunca he querido,
pero con los frutos que se han esperado.
Y a pedazos se esta destruyendo;
ya no golpea como un tormento,
ya no me da vueltas, magnífico.
Es honesto, sincero, magnánimo, transparente... y es humano.
Enternece, se quiere, se adora, se ama, pero no es un agobio.
No agobia al alma, no la aprisiona, indispensable. Es puro.
Es tal cual es. Sin ser vigoroso.
La burbuja se rompió,
y el camino de vuelta a ella, no encuentro,
para poder pensar, actuar, y ser el mismo.
No le nace, no retorna, algo se ha roto.
Y estremece, porque es distinto.
Y al serlo, el destino ahora será otro.
Otro, que ya no es tan seguro.
Me aterra, me aterran los cambios.
No los quiero, pero frenarlo no logro.
Y me angustio, porque nos quiero.
Y no me apetece que seamos perturbados.
y por mucho amor, te escojo.
Que por poco amor me engaño,
y por mucho miedo me escondo.
Que por poca honestidad te miento,
y por mucho cansancio a esto ya no juego.
Que por poco me confundo,
y por mucha esperanza, a nosotros nos prefiero.
Que por poca confianza me niego,
y por mucha estupidez, no creo en mis pensamientos.
Que por poco te sigo el juego,
y por mucha admiración, me ciego.
Ya no sé en que laberinto me estoy metiendo,
pero la salida no encuentro,
y no importa si por mucho o por poco,
se que a ti te amo,
y estar contigo es lo que más deseo.
Pero en estas paredes ya no quepo,
y escapar se ha vuelto dificultoso.
Los recuerdos ya no me ayudan a seguirlos,
y la admiración se ha desvanecido.
Ahora, junto a mi te veo.
El cielo se ha encogido,
y el suelo está colmado.
Lo único que está claro, es que aquí la misma ya no sigo siendo,
mis pensamientos ya no quieren seguir ocultos,
la verdad de mi ser, me está obligando.
Obligando a quererme, a escogerme a mí primero.
La admiración queda en adoración, y cariño.
El amor permanece de lleno en mi corazón,
pero mi mente ya no quiere seguir en un lugar recóndito escondido,
esta luchando contra todo lo que más quiero,
me esta quitando lo que más admiro,
se esta dando paso para destruir todo lo que he construido.
Cimentado con los mejores momentos que provoca un respiro,
con las mejores sonrisas que tiene una foto,
y con el amor que siempre he soñado,
con las perdidas que nunca he querido,
pero con los frutos que se han esperado.
Y a pedazos se esta destruyendo;
ya no golpea como un tormento,
ya no me da vueltas, magnífico.
Es honesto, sincero, magnánimo, transparente... y es humano.
Enternece, se quiere, se adora, se ama, pero no es un agobio.
No agobia al alma, no la aprisiona, indispensable. Es puro.
Es tal cual es. Sin ser vigoroso.
La burbuja se rompió,
y el camino de vuelta a ella, no encuentro,
para poder pensar, actuar, y ser el mismo.
No le nace, no retorna, algo se ha roto.
Y estremece, porque es distinto.
Y al serlo, el destino ahora será otro.
Otro, que ya no es tan seguro.
Me aterra, me aterran los cambios.
No los quiero, pero frenarlo no logro.
Y me angustio, porque nos quiero.
Y no me apetece que seamos perturbados.
Etiquetas:
admiracion,
burbuja,
cambios,
destruccion,
desvanecer,
nuevo,
pensamientos,
recuerdos,
romper,
ser
domingo, 22 de septiembre de 2013
Continuemos.
Las horas siguen,
Los pensamientos vuelan,
Las imágenes corren,
Las palabras sobran,
Y la vida misma sigue.
La perfección no existe.
¿Y la felicidad?
Solo se encuentra en las pequeñas cosas,
Y si las ves en las grandes cosas, te aterras.
Por qué están ahí?
Por qué las sentí?
Por qué las vi?
Ni te responden, y se largan.
Porque los problemas llegan siempre impertinentes,
con derecho a revolcarse en tu vida,
a impregnarse en las personas que amas, y en ti.
No tienen limites, y hasta se encuentran en rostros desconocidos
que te horrorizan, que inspiran lástima, miedo, y culpa.
Los problemas son monstruos que no respiran, ni dejan respirar.
No hay paz.
No por ahora.
La paz es solo un momento fugaz que encuentras en los recónditos lugares de tu mente,
de quienes amas, de lo que ves,
de las sonrisas al pasar, de los besos que vienen y van,
de las hojas que danzan al volar.
De los pocos colores que cubren lo gris de la ciudad.
Si hay paz, hay caos.
No alcanzaste a ser feliz, ni miserable.
Pura confusión en su máxima expresión.
¿Cuando esta felicidad sera plena?
¿Cuando esta tristeza me matara?
¡Que ingenuos!
Juegan a las escondidas con nosotros, y solo cuando se dignan,
nos tocan la puerta con placer
Y todo comienza otra vez.
¿Por qué esperamos?
Mejor dejarnos sorprender, y permitirnos llorar de alegría
porque al fin la quietud nos visitó.
Le tememos a lo peor, lo odiamos, repudiamos, somos tanto victimas y victimarios.
Pero ¿Por qué tenemos miedo de que se presente, si igual llegará?
Mejor seamos fuertes para cuando vuelva, para darles una pelea justa,
para luchar por lo que queremos, porque esperamos lo mejor.
Porque queremos lo mejor. Queremos ser felices.
Aunque sean segundos, minutos o un par de días.
Deseamos tranquilidad.
Que no nos carcoma el alma el caos, y terminemos repudiandonos,
averganozandonos.
No les demos lo peor de nosotros al estar abatidos por la ira, y el rencor.
La envidia y el dolor.
Seamos mas dignos, al menos mejores que su Majestad el Caos.
Los pensamientos vuelan,
Las imágenes corren,
Las palabras sobran,
Y la vida misma sigue.
La perfección no existe.
¿Y la felicidad?
Solo se encuentra en las pequeñas cosas,
Y si las ves en las grandes cosas, te aterras.
Por qué están ahí?
Por qué las sentí?
Por qué las vi?
Ni te responden, y se largan.
Porque los problemas llegan siempre impertinentes,
con derecho a revolcarse en tu vida,
a impregnarse en las personas que amas, y en ti.
No tienen limites, y hasta se encuentran en rostros desconocidos
que te horrorizan, que inspiran lástima, miedo, y culpa.
Los problemas son monstruos que no respiran, ni dejan respirar.
No hay paz.
No por ahora.
La paz es solo un momento fugaz que encuentras en los recónditos lugares de tu mente,
de quienes amas, de lo que ves,
de las sonrisas al pasar, de los besos que vienen y van,
de las hojas que danzan al volar.
De los pocos colores que cubren lo gris de la ciudad.
Si hay paz, hay caos.
No alcanzaste a ser feliz, ni miserable.
Pura confusión en su máxima expresión.
¿Cuando esta felicidad sera plena?
¿Cuando esta tristeza me matara?
¡Que ingenuos!
Juegan a las escondidas con nosotros, y solo cuando se dignan,
nos tocan la puerta con placer
Y todo comienza otra vez.
¿Por qué esperamos?
Mejor dejarnos sorprender, y permitirnos llorar de alegría
porque al fin la quietud nos visitó.
Le tememos a lo peor, lo odiamos, repudiamos, somos tanto victimas y victimarios.
Pero ¿Por qué tenemos miedo de que se presente, si igual llegará?
Mejor seamos fuertes para cuando vuelva, para darles una pelea justa,
para luchar por lo que queremos, porque esperamos lo mejor.
Porque queremos lo mejor. Queremos ser felices.
Aunque sean segundos, minutos o un par de días.
Deseamos tranquilidad.
Que no nos carcoma el alma el caos, y terminemos repudiandonos,
averganozandonos.
No les demos lo peor de nosotros al estar abatidos por la ira, y el rencor.
La envidia y el dolor.
Seamos mas dignos, al menos mejores que su Majestad el Caos.
viernes, 20 de septiembre de 2013
La espera.
Ya no poseo palabras,
no tengo más pensamientos.
No queda nada más para mi, mas que la espera.
Esperar nada.
Porque nada bueno hay más en este lugar,
las cosas se mancillan de maldad,
esta todo manchado
y no hay nada que salvar.
ni un grano de arena distinto lograra cambiar la crueldad
no tengo nada mas que vivir.
vivir sin respirar.
respirar sin vivir.
no tengo más pensamientos.
No queda nada más para mi, mas que la espera.
Esperar nada.
Porque nada bueno hay más en este lugar,
las cosas se mancillan de maldad,
esta todo manchado
y no hay nada que salvar.
ni un grano de arena distinto lograra cambiar la crueldad
no tengo nada mas que vivir.
vivir sin respirar.
respirar sin vivir.
lunes, 9 de septiembre de 2013
Soy.
Soy una y otra.
No soy ninguna a la vez.
Puedo ser todas con querer
y sin querer, me puedo llegar a perder
por pretender que todo quiero llegar a ser.
Perfecta como intento una y otra vez.
La mejor persona para tener todo lo que siempre soñé.
Vueltas le doy a mi cabeza,
vueltas le doy a mi forma de ser.
Quién soy, nunca lo he logrado saber.
Ni a solas lo pude ser,
porque fui todo lo que nunca quise,
y ahora todo lo que quiero soy.
Pero ser así sin más, no lo sé.
Existe esa parte?
Quién soy esta vez?
O ya no soy?
Quién soy yo?
Ser o no ser, esa es la cuestión.
No soy ninguna a la vez.
Puedo ser todas con querer
y sin querer, me puedo llegar a perder
por pretender que todo quiero llegar a ser.
Perfecta como intento una y otra vez.
La mejor persona para tener todo lo que siempre soñé.
Vueltas le doy a mi cabeza,
vueltas le doy a mi forma de ser.
Quién soy, nunca lo he logrado saber.
Ni a solas lo pude ser,
porque fui todo lo que nunca quise,
y ahora todo lo que quiero soy.
Pero ser así sin más, no lo sé.
Existe esa parte?
Quién soy esta vez?
O ya no soy?
Quién soy yo?
Ser o no ser, esa es la cuestión.
Etiquetas:
confusion,
quien soy,
ser,
ser o no ser,
shakespeare,
soy
Suscribirse a:
Entradas (Atom)