Por momentos siento que no puedo.
No puedo contigo
y esta herida que nunca se cierra,
que nunca permites que cure.
He dado todo y no me queda nada más que dar.
La paciencia es la última gota que nos queda.
Donde espero que no se evapore,
sino que se siga nutriendo.
Y entonces espero.
Espero que no se desgaste nuestro aliento
en argumentos sin sentido, que no paran en ninguna estación.
Con palabras que van directo a un vacío que no logramos ver.
Creemos que tenemos el sentido y la verdad de todo,
y ojalá sea así y no un sin razón.
Porque seria desperdiciar tiempo sagrado,
momentos que ya no tendremos,
y segundos que no volverán.
Así que esperemos a obtener lo mejor de todo esto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
esperar se puede volver una costumbre, aunque creo entender a qué sentido de esperar te refieres.
ResponderEliminarEsperemos, puedas cerrar esa herida, aunque intenten reabrirla constantemente. Eventualmente, sucederá. :)