jueves, 29 de abril de 2010
Besar a alguien más.
Mientras me miraba a los ojos, se acerco a mi despacio.
Supe entonces, lo que vendría.Mi mano inconscientemente presiono con fuerza la manilla de la puerta.
Esperando a que quizás, esto se pudiera detener de alguna forma.
Pero sólo pude quedarme quieta esperando a que ocurriera, una vez más.No pensé en nada. Solo me congele.
Y sus labios rozaron los míos.
Me sentí extraña.
Por primera vez, no era él.
No eran los labios que acostumbre a besar.
No fue la manera en que me adapte a responder un beso.
Yo, besaba a alguien más.
Y sólo pensaba en que sus labios fueran los de él.
Que respondieran como los de él.
Que reaccionara como él.
Él.
No salía de mi cabeza, mi cuerpo y mis pensamientos.
Menos de mi corazón.
Se impregnaba en todo lo que sentía.
Nada era mío todavía. Le seguía perteneciendo desde lejos.
Y a pesar de todo, no me detuve.
Y seguí moviendo mis labios, esperando.
esperando sentir ¿ a quién?
Mis labios insistentes buscaban sentir algo más.
Pero nada ocurrió.
Me intentaba aferrar a lo más mínimo, desesperada por querer sentirme diferente.
Los pensamientos se agitaban en mi mente.
Y él estaba en cada uno de ellos: imágenes, recuerdos.
Solo él. Una y otra vez. Y no se detenía.
Su rostro, sus caricias, su sonrisa. Todo lo suyo.
Él y yo. Todo giraba entorno a mi.
Y supe entonces, que jamás seria él.
Nunca más.
jueves, 22 de abril de 2010
Amor Platónico.
Comprender por fin que eres imposible
me lleva a la caída de un vacío del pensamiento.
Uno que contiene preguntas conscientesjunto a respuestas silenciosas.
Donde la confusión sólo deja huellasy se sostiene de la admiración por tus ojos.
Que me siento a dibujarlos, a adorarlosquizá hasta la eternidad.
No poseo fuerzas para despertar
ni menos el deseo de quererte tocar.
Sólo no quiero verte desvanecer al parpadear. Sí, prefiero suspirar al verte pasar.
Y sentir, que mi alma arde con cada paso que das,
distribuyendome en pedazos,para terminar con un puzzle dedicado a ti.Donde cada pieza,
esta conformado de un pensamiento, e ilusión.
Y cada unión es un ahogado suspiro,
que al armarlo te reconozco.
Y me doy cuenta de lo que me intriga el misterio de no conocerte.
Pero prefiero dejarte como la ilusión ingenua en la cual,
tu presencia una sonrisa nerviosa me inspira,y un cosquilleo intenso en el cuerpopor la coincidencia de volverte a ver.
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