domingo, 28 de marzo de 2010
Tiempo atrás: El amor y yo.
Mi felicidad se basaba en un principio en la manera de agradecer lo que tenía.Nunca fui capaz de quejarme, más cuando creía realmente que no merecía ciertas cosas o porque no entendía bien.Siempre he sido capaz de sonreír.
Es algo que nunca me ha faltado.
He deseado y anhelado cosas como cualquier persona.
Pero mi vida jamás me ha dado motivos para sentirme insatisfecha.Lo tenia todo a mi manera.
Excepto algo con lo que deseaba y soñaba con fuerzas: Un amor. El amor de mi vida.
No buscaba una pareja, sino un amor.
Nunca he podido pedirlo a medias.
Lo quería completo, entero.
No deseaba cariño, buscaba a alguien que me amara, que se enamorara de mi.
Y que viera en mi , lo que el resto no lograba ver.
Que me mirará como si fuera su deseo tenerme.
Que me considerara única entre todas.
Y me cuidara, porque yo soy indispensable en su vida.
Quizás, si el amor no me lo hubiera mostrado los libros y las películas, jamás lo habría anhelado tanto.Pero así lo conocí: Utópico, perfecto, anhelante y doloroso.
Parecía como si fuera lo único por lo que valía tener esperanzas y por sobretodo esperar.Hasta el punto de cegar.
Y así fue.
Los años transcurrían, y jamas cambie de pensamiento.A pesar de las etiquetas de "soñadora".
Aquella gota de esperanza nunca me dejo.
Porque siempre sentí que llegaría, tarde o temprano.
Y cuando llegó.
Me escondí. Llena de miedos e inseguridades.Lo disfrutaba a medias.
Con el tiempo comprendí todo: ¡Lo tenia!Tenia todo por lo que siempre espere con ilusiones.
Y me había elegido a mi.
Entonces quise darle todo, sin censuras ni privaciones.Quería hacerlo feliz a mi lado,
que sintiera todo lo feliz que soy teniéndolo.
Es tanto lo que me entregaba que lo sentía en el pecho,era algo inmenso, como el universo: sin limites, infinito.
Ya no hay barreras, ni miedos.
Me había resumido a un todo.
Río sin sentido, y sonrío con mas facilidad.
Me siento la mujer mas afortunada y lo gritaba en cada brillo de mis ojos.
Quería que todos lo supieran.
Que existe y que era lo mejor que me había pasado en la vida.
Estaba como sostenida a todo lo nuestro.Me movía por el, y permanecía por él.
Vivía por el.
Me convertí en un elemento de él.Me gustaba sentirme tan pequeña para lo enorme que era.Era como si fuera una hormiga a la cual le habían regalado el universo.
Así me hacia sentir.
Era todo lo que más deseaba ver al despertar.
Y lo ultimo que quería ver al dormir.
Quería tenerlo para mi: Ayer, hoy, mañana y siempre.
martes, 23 de marzo de 2010
El Agua.
El Agua quieta admira a lo lejos la frontera
en donde se levanto una muralla,
que la separa del resto.
Su mirada la enfoca,
pero no puede ir mas allá.
Pues sabe,
que abrirá dolores y tormentos para el que se encuentra del otro lado indefenso.
Alguien que se atrevió a cruzar,
ingenuo de su destino.
Él,
que se arriesgo a besarla sin pensar.
Se mezclaron sin querer tener noción del después.
Y ella lo arrastro,
como el mar se lleva las arenas.
Agresivos, jamas lograron fundirse.
La arena aun seguía húmeda,
pero no lograron ser uno.
Ayer, se evaporó convirtiéndose en neblina,
y se enamoró del viento,
quien la elevo y la guió por su camino.
Creyeron ser uno,
pero...
Hoy, ella es lluvia.
y en su viaje pudo enamorar a dos elementos,
que no podían cambiar.
Como ella.
Que cambia como las estaciones,
pero siempre es la misma, siendo varias a la vez.
Ellos la han buscado muchas veces,
pero ella nunca regreso para quedarse.
Y jamas lo hará.
Mañana, seguirá buscándolo a él.
A quien espera.
El que le borrara las heridas, y se unirá a su imperfección
de no poder ser una.
Pero la amara, acompañándola hasta el final.
lunes, 15 de marzo de 2010
No es él mismo.
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Él cambió, como yo, como lo nuestro.
Y era inevitable.
Cuando se ama tanto y luego termina,
El ser humano necesita adaptarse para poder seguir.
Tiene que cubrir los vacíos que le dejaron.
Y no culpo a nada ni nadie.
Solo que duele extrañar a alguien que se fue.
No solo eso, sino que dejo de existir.
Dejo de ser lo especial que era.
Quizás aún sigue ahí bien dentro de sí mismo.
Pero ahora lo cubre con una máscara.
Hay momentos en que creo que siempre fue así, y no lo note porque estaba demasiado ciega para verle algún defecto.
Y aún así, lo sigo extrañando, o más que eso.
Anhelo que los momentos buenos regresen.
Por instantes solo pediría que su sonrisa
Me volviera a iluminar la vida.
Pero solo consigo noches de soledad,
Donde ya nada puede distraer el daño.
Nada detiene lo irrevocable.
El dolor es más fuerte que yo.
Más fuerte que el sueño.
Solo vence el cansancio,
Que termina por agotarme de tantas lágrimas,
Que parecen no tener final.
Solo acabo deseando que la próxima noche no concluya así.
Deseando un mañana mejor,
En donde por fin haya logrado sanar.
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